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Quién es Francisco de Zurbarán – Biografía, obras y evolución

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¿Quién fue el pintor Francisco de Zurbarán?

El pintor Francisco de Zurbarán, nació en Fuente de Cantos, Badajoz, el 7 de noviembre de 1598  y murió en Madrid, el  27 de agosto de 1664 a los 67 años, fue un pintor del llamado Siglo de Oro español. Este fue un período de florecimiento del arte y la literatura en España, que coincidió con el auge político y posterior declive de la dinastía de los Austrias o Habsburgo españoles. El Siglo de Oro no tiene fechas precisas, su inicio fue en 1492, con el fin de la Reconquista, los viajes de Cristóbal Colón al Nuevo Mundo, y la publicación de la Gramática castellana de Antonio de Nebrija. Terminó en 1659, con el Tratado de los Pirineos, ratificado entre Francia y España. Lo que más destaca de la obra de Francisco de Zurbarán es el retrato en la representación sencilla de la realidad, encontrando dificultad cuando tuvo que hacer frente a las perspectivas y composiciones, que procuraba siempre que fueran simples. Así, se puede observar en sus pinturas seriadas una galería individualizada de rostros y expresiones, pertenecientes a figuras monolíticas de perfiles geométricos que se recortan contra fondos poco elaborados pero que destacan por la luz que las envuelve, realzando el característico blanco empleado por el artista.

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¿Cuál fue el desarrollo cultural de Francisco de Zurbarán?

Francisco de Zurbarán nace en el año de 1598 en el pueblo pacense de Fuente de Cantos, los padres de Zurbarán fueron Luis de Zurbarán, comerciante vasco establecido en Extremadura desde 1582, e Isabel Márquez, quienes se habían casado en la localidad  de Monesterio el 10 de enero de 1588.  Su padre lo envía antes de cumplir veinte años a Sevilla, a estudiar con el pintor Pedro Díaz de Villanueva. Una vez completada su formación que fue breve, Francisco de Zurbarán regresa a su Extremadura natal, a la localidad de Llerena, donde contraerá matrimonio por dos veces y se establecerá, hasta la fecha de 1626 en que es reclamado a Sevilla para llevar a cabo la ejecución de un importante encargo, que era la forma tradicional como se desarrollaban los pintores de la época. Así, le fue encargado hacer por la orden de los Dominicos una serie de cuadros acerca de la vida monástica del convento de San Pablo. Su buena realización le abrió la puerta a otro encargo proveniente esta vez del convento de la Merced en 1628 y luego el Ayuntamiento de Sevilla le pide al pintor un año más tarde, su instalación de forma definitiva en esa ciudad.  

¿Cómo fue el Desarrollo  de la obra de Francisco de Zurbarán?

Los contrastes tenebristas de Ribera, son contrarios en la obra de Francisco de Zurbarán, cargada más bien por una tendencia naturalista típica de la época, algo que se aprecia de manera excepcional  en sus sencillas y táctiles naturalezas muertas. No obstante, lo que más caracteriza a este pintor son las representaciones de religiosos y santas, que viste con la ropa de la época, y en ellas despliega todas las cualidades como retratista con un dominio absoluto en rostros y telas a pesar de lo aparentemente sencillo de su pintura. De esta manera,  Zurbarán disfruta con la suntuosidad de las telas plasmadas en sus destacables pinturas.

¿Porqué es Importante el trabajo de Francisco de Zurbarán?

Debido a su fama como pintor a Francisco de Zurbarán nunca le faltaron los encargos, en mayor o menor medida, los cuales se sucedieron todos estos años en forma de peticiones de grandes series pictóricas por parte de diversas órdenes religiosas aunque también tuvo que enfrentarse al tema mitológico durante la breve estadía que pasó en Madrid participando en la decoración del Palacio del Buen Retiro, y al género del bodegón, del que se consideró maestro.

A Francisco de Zurbarán se le muere su segunda esposa lo que contribuyó a la disminución de su trabajo, al igual que la muerte de uno de sus hijos por la peste en 1649.

Con la instalación de un nuevo estilo impuesto por el pintor Murillo, en detrimento de su propia elección decide partir de nuevo a Madrid a la vera de su amigo Velázquez, instalándose  hasta su muerte en esta ciudad,  y rodeado de estrecheces económicas, en el año de 1664.

¿Cómo fue el Desarrollo y la técnica de Francisco de Zurbarán?

Los aspectos más resaltantes de la obra de Francisco de Zurbarán son el trabajo reflejado en sus retratos y en la sencilla representación de la realidad, teniendo dificultades con las perspectivas y composiciones, buscando siempre que sean simples. Así, se puede observar en sus pinturas seriadas toda una galería individualizada de rostros y expresiones, pertenecientes en ocasiones a figuras monolíticas de perfiles casi geométricos que se recortan contra fondos poco elaborados destacándose sin embargo, por la luz que las envuelve, realzando el característico blanco empleado en lo habitual.

En este sentido, Francisco de Zurbarán, excluye toda la grandilocuencia y teatralidad, incluso se puede encontrar  torpeza en el momento de resolver problemas técnicos en la perspectiva geométrica. Tampoco le interesan los escorzos ni la sugerencia de espacios ilusionistas como otros pintores, especialmente los italianos. Al contrario, sus composiciones son severas, rigurosamente ordenadas,  y alcanzan un nivel excepcional de emoción piadosa. Igualmente, Francisco de Zurbarán practicó el tenebrismo, sobre todo en su primera época sevillana, no sólo en sus series monásticas sino también en obras de devoción privada. Difícilmente se le supera en la manera de expresar la ternura y el candor de los niños santos, virgencitas en éxtasis, inmaculadas muy jovencitas, niños de la espina o santas adolescentes. Representando con su excepcional técnica los valores táctiles de las telas y de los objetos que lo hacen un bodegonista de alto nivel. Así, los objetos sencillos alcanzan una trascendencia poética y sublime. Demuestra también mucha sobriedad, fuerza expresiva y plasticidad en sus figuras, añadiendo evidentes dotes como colorista, que lo sitúan en la cumbre de los maestros españoles de esta época de oro de la pintura.

¿Cuáles son las obras más importantes de Francisco de Zurbarán?

Francisco de Zurbarán se basó para sus obras en la fuente literaria que le fue propuesta en ese entonces, para crear escenas iconográficas sin precedentes utilizando los personajes de la literatura pero siempre con apariencias más joven. Igualmente, siempre las plasmaba en arrebatos de éxtasis tal como era habitual en sus cuadros, en grandes y expresivas figuras aisladas, tal es el caso de su obra el santo obispo, constituidas de siluetas monumentales e impresionantes que emergen de un fondo oscuro, iluminado desde la izquierda por una fuente de luz invisible. Algunas de sus obras se destacan a continuación:  

Serie dedicada a mostrar la vida de los monasterios

Francisco de Zurbarán, representa con gran claridad la religiosidad que impregnó la vida española del siglo XVII. Esta serie está compuesta por los cuadros de San Hugo en el refectorio, La misa de fray Pedro de Cabañuelas, El adiós de fray Juan de Carrión a sus hermanos, entre otras. También La Cartuja de Jerez, San Pablo el Real, el Monasterio de los Jerónimos de Guadalupe o la Merced de Sevilla que fueron algunos de los sitios para los que realizó sus principales series.

La visión de San Pedro Nolasco (1628)

Fue considerada una de sus mejores obras, procedente del Convento de la Merced en Sevilla. En él se ejemplifica a la perfección el lenguaje de este pintor, de una sencillez en la búsqueda de la realidad concreta de las cosas. Las formas dibujadas, en distintos tonos de blanco, el contraste entre sombras y luces, cabezas expresivas, en un marco muy sencillo acoge la representación de un milagro hecho realidad por el fundador de la orden.

La Aparición de San Pedro Apóstol a San Pedro Nolasco

El apóstol aparece representado en una violenta posición en escorzo, boca abajo y envuelto por un halo de luz anaranjada. Así en esta obra lograría transformar la escena en un encuentro remarcable de las esferas divina y terrenal, vibrante de luz incandescente por una parte, intensa y físicamente realista por otra. No hay indicios, como los hay en el grabado, de interior eclesiástico, el santo y su visión están más bien, envueltos en una honda negrura, abstraídos de todo escenario material.

Santa Catalina (1640)

Una de las pinturas más hermosas de este artista, en la que hace un ejercicio de maestría en el trabajo de los paños, similar al de las pinturas de vírgenes niñas, caso de La Virgen niña durmiendo (1635),  y su temprano Cristo en la Cruz, que le que le dio fama y lo hizo dar a conocer así como también el San Serapio ejecutado para la Merced. Igualmente, la imagen de Santa Catalina es, sin duda, una de las más afortunadas realizaciones de Zurbarán. Se caracteriza por su cuidadosa factura y sus rasgos bien alejados de sus acostumbrados convencionalismos fisonómicos, que llevaron a pensar que fue concebida como obra independiente. Por lo tanto, se cree que se trata de un retrato llevado al espacio sacro, denominado retrato a lo divino.

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