¿Qué es el Surrealismo Figurativo?
Esta corriente del surrealismo tenía entre sus principios el concepto de la figuración naturalista la cual se consideraba que podía ser un recurso igualmente válido que otras corrientes. Sus artistas representantes se interesaban por los sueños y el realismo mágico. Así para comprender la trascendencia de este arte, se requiere contemplar las obras de Salvador Dalí, René Magritte, Paul Delvaux, Estéfano Viu o Yves Tanguy, quienes se fueron más por la vía onírica, un surrealismo figurativo cuyas obras evidencian un realismo fotográfico, totalmente alejadas de la pintura tradicional.
Esta corriente se originó en Europa, en el país Galo, luego de la primera guerra mundial. Así, desde el surrealismo figurativo en particular en el arte de la pintura los artistas recurren al principio de la percepción visual para despertar en el espectador sensaciones diversas. No obstante, se considera que nadie como Salvador Dalí exploró sistemáticamente con tanta maestría las diferentes posibilidades de la representación en imagenes del mundo real e irreal, exterior o interior, recurriendo a un enorme arsenal de técnicas con principios ópticos. Estando muy influido por su gran ansia de experimentar y manejando una técnica pictórica de gran calidad y experticia, sus obras destacan por sus imagenes hiperreales, usando magistralmente la perspectiva. Así al estar muy unido al movimiento surrealista utilizó sus conocimientos de la percepción visual con el fin de plasmar en imágenes su realidad interior, la del inconsciente, de los sueños, mundos imaginarios o imposibles, basados en obsesiones, deseos o percepciones delirantes, dándoles en sus cuadros total apariencia de realidad. De igual manera, su constante interés por la ciencia y su ansia por conquistar la tridimensionalidad en sus creaciones artísticas le llevaron a experimentar con la holografía y la estereoscopía.
¿Cómo se desarrolló el surrealismo figurativo?
Dado que el surrealismo es una corriente de pensamiento que influenció no solamente las artes, también lo hizo en el campo de la Psicología que dio grandes aportes para la comprensión del surrealismo figurativo. Por lo que, a comienzos del siglo XX se origina en Alemania la corriente psicológica de la Gestalt que plantea la interpretación de las formas percibidas en su conjunto y de la cual el arte se ha beneficiado de manera notoria. Algunas las leyes y principios de este campo, fueron utilizadas repetidamente por Salvador Dalí. Un ejemplo de estos principios es el de la tendencia a agrupar en una única entidad a los elementos que nos parecen similares, también, cuando por ejemplo, vemos una figura incompleta nuestro cerebro tiende a completarla, de igual manera, el cerebro reconoce una figura sobre un fondo, sin embargo, esa figura y fondo se pueden fusionar como fondo y figura respectivamente, y así sucesivamente (ver figuras).
Por lo tanto, una parte fundamental de la percepción visual usada en el surrealismo figurativo, es la percepción del espacio, tanto la del espacio físico en el que nos ubicamos, como la del espacio representado en un plano. Por lo que, se presentan una serie de claves que facilitan la percepción del espacio físico: El paralelismo binocular, que aporta la apreciación de la profundidad al fusionar ligeramente distintas imágenes proyectadas por ambos ojos en una única imagen en relieve que es la estereoscopia y la holografía. Las cuales son técnicas que se aprovechan por este paralelismo binocular para crear imágenes tridimensionales. Igualmente, otra de las claves es la convergencia, que permite obtener información de la distancia a un objeto a partir del ángulo que forman los ejes visuales de ambos ojos al mirarlo. Así mismo, se tiene otra clave que es la acomodación cuando de forma automática y monocular, el cerebro relaciona el cerca-lejos con la contracción-distensión del músculo ciliar del ojo.
¿Cuál es el legado del surrealismo figurativo?
Uno de los temas más habituales fue precisamente el ojo, en el sentido de la percepción visual, la cual constituye una ventana abierta para la imaginación y gracias a la cual se puede dilucidar un mundo fantástico, más allá de las apariencias mundanas. Por lo tanto, los artistas hacían retratos o autorretratos con los ojos abiertos pero de personas asustadas o alucinadas, representando la búsqueda de una imagen mental, ergo ver los ojos de Salvador Dalí, con los ojos saltones él demostraba que vivía el surrealismo, que este formaba parte de su configuración como ser humano y genio. De igual manera, la personalidad de Dalí y su obra se vieron enormemente influenciadas no solamente por el surrealismo figurativo, sino también por acontecimientos familiares. Por un lado, su abuelo paterno sufrió de paranoia y termino suicidándose, lo que originó una especie de herencia familiar de angustia ante la locura. Así, la paranoia es una habilidad a través de la cual el cerebro percibe conexiones entre objetos o ámbitos que de manera racional aparentemente no están vinculados entre sí. Dalí decía que desde que era niño había desarrollado una capacidad para ver un objeto y transformarlo en lo que él quería. Entonces, lo que para Freud era una patología mental para Dalí era una manera de acceder al entendimiento y a la creación.
¿Cuáles son sus principales representantes?
Tal como ya se ha venido planteando desde un comienzo del Surrealismo Figurativo, es Salvador Dalí quien configura mayormente esta corriente del arte y del pensamiento. Así, la gran contribución de Dalí al surrealismo figurativo fue el método paranoico-crítico. Lo que da la crítica a la paranoia es la separación necesaria y suficiente para definir y discriminar. Por lo tanto, la paranoia llevada a un extremo produce una confusión indefinida, y esto puede terminar conllevando al arte abstracto, el cual Dalí en cierto modo detestaba. Dalí entonces define un método espontáneo de conocimiento irracional basado en la objetividad crítica y sistemática de las asociaciones e interpretaciones de fenómenos delirantes. Con el método, Dalí pretende mostrar una alternativa perceptiva con la ayuda de obsesiones paranoicas, superando estructuras culturales y cognitivas muy arraigadas que hacen ver la realidad desde un punto de vista rígido y absoluto. Dalí hizo de su pintura una ilustración consciente de sus delirios. Así la obra de Dalí está plagada de imágenes simbólicas, delirantes, imposibles, hipnagógicas, oníricas, anamórficas y pareidólicas. De igual manera, sus obras están concebidas como una extensión de su complejidad psicológica y de su vida, lo que es una característica distintiva y muy relevante del surrealismo.
Por otra parte, Salvador Dalí, combina en sus obras una gran variedad de elementos muy significativos que expresan una cantidad inimaginable de lecturas diferentes (imágenes simbólicas). En ellas se ven reflejados numerosos símbolos como los cajones (lo que para Freud significa que el cuerpo humano está lleno de cajones secretos que solo el psicoanálisis los puede abrir), también, desde la naturaleza, los insectos como las hormigas (que representan represión) o los saltamontes, animales por los que Dalí siempre sintió fobia patológica y susto, al extremo que en la boca de uno de sus personajes representan una amenaza a la integridad sexual.