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¿Quién fue José de Ribera? Biografía

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¿Quién fue José de Ribera?

José de Ribera, nació en Játiva, España el 12 de enero de 1591 y murió en Nápoles, Italia el  2 de septiembre de 1652, a los 61 años de edad, relativamente joven, donde vivió casi toda su vida. Fue considerado  un pintor, dibujante y grabador español del siglo XVII quien desarrolló toda su formación y carrera en Italia, inicialmente en Roma y luego en Nápoles. Igualmente, se le conocía con otro nombre en italiano,  Jusepe Ribera y por el apodo Lo Spagnoletto («El Españolito») por su baja estatura y por sus orígenes, haciéndose  común el hecho de que firmara sus obras como español, valenciano, setabense. Así mismo, también firmaba sus obras empleando la terminología latina «Josephus Ribera, Hispanus, Valentinus. Setaben, añadiendo también  expresiones tales como «accademicus Romanus», y sobre todo «Partenope», relacionadas con su lugar de residencia.

Este pintor desarrolló sus obras con estilo naturalista evolucionado del tenebrismo Caravaggio pero con una estética más colorista y luminosa, influenciada por Van Dyck y otros pintores. Igualmente, su mayor contribución fue la de estructurar y fortalecer la gran escuela napolitana junto a otros artistas tales como Giovanni Lanfranco, Massimo Stanzione, Luca Giordano, siendo reconocido como maestro,  sus obras fueron enviadas a España desde muy temprano,  para influir en técnica y modelos iconográficos de los pintores locales, entre ellos Velázquez y Murillo. Así, sus grabados se esparcieron por media Europa y hasta Rembrandt lo llegó a conocer. Igualmente, su éxito fue más bien comercial, su fama reverdeció durante la eclosión del realismo en el siglo XIX. Así mismo se le considera un referente indiscutible para realistas como Léon Bonnat. Por lo que, algunas de sus obras fueron copiadas por pintores de varios siglos, como Fragonard, Manet, Henri Matisse y Fortuny, entre otros.

¿Cómo fue el desarrollo cultural de José de Ribera?

Oriundo de Játiva,  José De Ribera era  hijo de Simón De Ribera, zapatero de profesión, y de Margarita Cucó. Su único hermano llamado Juan que también se dedicó a la pintura, sin reconocimiento alguno registrado.

También, se sabe muy poco de la familia, pero seguramente  los Ribera vivieron con cierta holgura económica pues la profesión de zapatero era estimada ya que el calzado era una prenda de vestir de lujo en aquella época.

José de Ribera se fue a Italia, para seguir la técnica de Caravaggio, siendo aún adolescente. Viajó primero al norte, a Cremona, Milán y a Parma, y se estableció en Roma, donde el artista conoció tanto la pintura clasicista de Reni y Ludovico Carracci, y se interesó por el áspero tenebrismo que desarrollaban los caravaggistas holandeses residentes en la ciudad. Así, en sus primeras obras, demuestra que fue uno de los primerísimos seguidores de Caravaggio. Por lo que se cree que incluso pudo conocerlo personalmente, ya que su traslado de Valencia a Italia fue según se cree  posiblemente en 1606.

José de Ribera fue señalado por mucho tiempo como poco creador truculento y sombrío, en algunas de sus pinturas de martirios.  Luego este prejuicio se fue diluyendo en las últimas décadas debido a su difusión en múltiples exposiciones e investigaciones, que lo logran reivindicar como creador versátil y hábil colorista. Así el hecho de haber evidenciado hallazgos recientes permitió reconstruir su primera producción en Italia, y se realizó de ella en el 2011, una exposición en el Museo del Prado.

¿Cómo fue el Desarrollo  de la obra de José de Ribera?

Los años 1620 y 1626 fueron años de silencio por así decirlo en difusión de las obras de José de Ribera, ya que apenas se fechan obras pictóricas, y corresponden la mayoría a grabados, técnica que cultivó con gran maestría.  En esta época muestra su gusto por los modelos de la vida cotidiana, de ruda presencia, que plasma con pinceladas prietas y delimitadoras de modo semejante a lo que hacen caravaggistas nórdicos, quienes ejercen gran influencia en sus obras por su contacto en Roma. Luego, a partir de 1626, se encuentran abundantes obras fechadas que dan testimonio de su maestría. Su pasta pictórica se hace más densa, modelada con el pincel y subrayada por la luz con una casi obsesiva búsqueda de la verdad material, táctil, de la realidad y su relieve.

Los años de la década de 1620 a 1630 son los años de la dedicación que realizó  José de Ribera, poniendo más tiempo y atención al grabado de aguafuerte, con algunas estampas de belleza y calidad excepcionales en  San Jerónimo leyendo (1624), El poeta y Sileno ebrio (que repite su cuadro del Museo de Capodimonte). De igual manera, se le atribuyen en total 17 planchas, se cuenta que las grabó sólo con fines promocionales, para difundir su arte y captar encargos de pinturas. Al alcanzar el éxito, José de Ribera dejaría de grabar.

¿Porqué es Importante el trabajo de José de Ribera?

José de Ribera se mantuvo alejado de España debido a que Inició una intensa producción en Italia, sin embargo, se sintió unido a su país gracias a que Nápoles era un virreinato español y punto de encuentro entre dos culturas figurativas, la ibérica y la italiana. El no regreso a España, lo justificó por el hecho de sentirse muy apreciado y bien pagado en Nápoles, siguiendo el adagio que quien está bien no debe cambiar. No obstante, él tenía un gran deseo de volver a España pero tenía la convicción de que en España les perdían respeto a los artistas cuando estaban presentes, considerando a España una madre amante de los forasteros y una madrastra cruel para sus hijos.

Posteriormente, la apreciación del arte de José de Ribera se vio condicionada debido a que se le presentaba como un pintor fúnebre y desagradable, que pintaba obsesivamente temas de martirios con un verismo truculento. Esta idea equivocada de un realismo sangriento, se impuso en los siglos XVIII y XIX, en parte por escritores extranjeros que no conocieron toda su producción. En realidad, José de Ribera evolucionó del tenebrismo inicial a un estilo más luminoso y colorista, con influencias del Renacimiento veneciano y de la escultura antigua, pudiendo plasmar con igual acierto lo bello y lo terrible.  Así, fue aclarada y resaltada como técnica el uso de la gama de colores en la década de 1630, al tener influencia de otros pintores tales como Van Dyck, Guido Reni.

¿Cómo fue el Desarrollo y la técnica de José de Ribera?

José de Ribera fue considerado un pintor barroco perteneciente a la Escuela valenciana de la primera mitad del siglo XVII, se le vincula con el punto de arranque del movimiento naturalista en España, aunque la mayor parte de su vida la pasó en Italia.

La técnica mejor resaltada de este pintor viene de la corriente del tenebrismo de Caravaggio, que en su madurez evolucionaría hacia un estilo más ecléctico y luminoso. Así, el pintor aclara su paleta bajo influencia de Van Dyck y la pintura veneciana del siglo anterior, sin rebajar la calidad de dibujo y la fidelidad naturalista. Una gran Inmaculada, pintada para el Convento de las Agustinas de Salamanca, es considerada una de las versiones más importantes del tema religioso dentro de la pintura europea, y se cree que Murillo la tuvo en cuenta para sus versiones posteriores.  Así, debido a esta Influencia de Caravaggio, su pintura presenta unos muy marcados contrastes tenebristas, con abundancia de negras sombras, suavizados en su madurez por la inclusión de un colorido y luz estudiados de los maestros venecianos. Además, sus trabajos presentan una calidad cercana al realismo que se hacen táctiles en telas y pieles, por lo que, su obra se caracteriza por una fuerza sorprendente y una veracidad que no omite ningún aspecto de la realidad, por más cruel y desagradable que ésta pudiera ser.

¿Cuáles son las principales obras de José de Ribera?

José de Ribera, destaca por su colección de dibujos y grabados realizados con gran maestría. Así mismo,  destacó por su capacidad para describir los episodios bíblicos con aspecto humano y realista. Igualmente, sorprende la sabiduría en el uso de la luz y el potente modelado del dibujo debido a su experticia en la técnica del grabado. En sus colecciones de primer orden, destaca el ambiente tenebrista de la corriente de Caravaggio. De igual manera, se evidencia en sus obras el dominio del claroscuro por lo que se considera que José de Ribera fue el punto de inflexión en el paso del naturalismo de la contrarreforma al barroco pleno. Seguidamente, se describen algunas de sus obras más emblemáticas:

La Piedad

Este cuadro de José de Ribera, «El Españoleto», fue pintado al óleo sobre lienzo y con unas dimensiones de 157 x 210 cm fue firmado y datado en 1633, actualmente se conserva en el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid.  Así mismo, la obra se enmarca en un periodo de transición del artista en el que, sin abandonar las sombras del tenebrismo, comienza a resaltar la técnica del color.​ Por lo tanto, al analizar el cuadro, el cuerpo de Cristo se observa en horizontal y es quien enmarca al resto de personajes en la obra. A la derecha Juan el Apóstol sujeta la espalda del yacente mientras que a sus pies, María Magdalena se los besa con aflicción. En el centro, velada por la técnica del claroscuro, muestra a María con un rostro destrozado por el dolor que mira al cielo mientras junta las manos en una plegaria.  Un aspecto resaltante de la obra, es que el foco de luz de la composición se centra sobre el cuerpo dándole una apariencia de estatua en mármol que lo realza logrando transmitir de manera magistral tanto el dolor físico de sus heridas (especialmente la de su costado) como el dolor anímico expresado en su rostro y la laxitud de su cuerpo.

El Apostolado del Prado

Este conjunto de 11 obras realizadas por José de Ribera, «El Españoleto», resalta la temática común de los Apóstoles y el Cristo Salvador. De características y dimensiones muy parecidas fueron pintadas al óleo sobre lienzo entre los años 1630 al 1632. Del formato se puede decir que las obras son prácticamente idénticas. Personajes representados de medio cuerpo sobre un fondo neutro y portando cada uno su símbolo o característica particular que lo identifica. Por ejemplo, San Pedro sujeta unas llaves o Santiago Mayor luce una concha. En esta serie se mezclan cuadros de variada calidad. Algunos de los cuadros tienen una clara y amplia intervención del taller y otros, por el contrario, fueron elaborados con un amplio estudio de la retratística. Se destacan, por ejemplo, los lienzos de San Bartolomé, San Pedro o San Pablo. En todos los cuadros resalta de manera notable el exquisito naturalismo Caravaggiesco y en los personajes, de rostros cansados endurecidos por la vida, son fácilmente reconocibles personas cotidianas que cualquiera podría encontrarse en los callejones de la Europa del siglo XVII.  Actualmente la colección se conserva en el Museo del Prado de Madrid.

La Magdalena penitente

Es un cuadro del pintor de 1641 en el que presenta a la discípula de Jesús, ataviada con ricas vestiduras, en posición de rezo, en alusión a la personalidad interior,​ inclinada ante un baúl y uno de sus atributos iconográficos, el vaso de perfumes.  Este cuadro gustó mucho a la sociedad católica del siglo XVII a la que pertenecía el autor que estaba fascinada por las vidas de personajes como la penitente Magdalena.​

El tema también fue escogido para mostrar alguna parte semidesnuda de la protagonista, que aún cuando era tema tabú en la época, la carne en esta mujer es mortificada, arrepentida por su pasado pecador. El cuadro está colocado y conservado en el Museo del Prado, situado en la ciudad de Madrid, España.

El Calvario

También conocida como La Expiración de Cristo es un lienzo  de sus primeras obras dentro de su producción pictórica. Pertenece a la escuela española del siglo XVII. Según Gabriele Finaldi, director de la National Gallery, la obra constituye la pintura mayor y más ambiciosa del pintor en la década de 1610.

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