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Teatro Religioso – Concepto, Relaciones y Características

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¿Qué es el Teatro Religioso?

Los humanistas quienes perseguían un ideal clásico grecolatino, fueron contra la firmeza con la que se habían constituido las libres experiencias en el teatro medieval, por lo tanto, crearon el teatro Religioso que se ubica a finales del siglo XV continuando hasta mediados del siglo XVI. Igualmente, el Teatro religioso fue el heredero de la Edad Media, vinculado a la liturgia, y es con el drama litúrgico como se fue desarrollando durante los doscientos años siguientes, el teatro religioso, a partir de las historias bíblicas en las que actuaban monaguillos y jóvenes del coro.

Aquí te damos la información completa del teatro y sus más reconocidos precursores con sus obras.

El teatro y sus exponentes

Al principio vestían los ropajes propios de la celebración de la misa y el escenario eran las formas arquitectónicas de la iglesia como decorado, pero después se organizó de un modo más formal. Por lo que, el escenario se dividió en dos partes, la mansión y la platea. Así, la Mansión, consistía de una pequeña estructura escénica, un tabladillo, un lugar concreto, tal es el caso de la ciudad de Jerusalén  o bien el Cielo. Mientras que la Platea, era un área neutra frente a la mansión conformando el espacio de los actores para la interpretación de la escena.

¿Cómo se desarrolló el Teatro Religioso?

El teatro religioso del siglo XVI no es un todo homogéneo a lo largo del siglo, pues, por lo que se reporta tenía una división en dos etapas diferenciadas, desde el punto de vista cronológico, a la época de Carlos V y a la de Felipe II, es decir, a la primera y segunda mitad del siglo. Por lo tanto, la libertad de las ideas y apertura existentes en el reinado del Emperador son sustituidas durante el reinado de su hijo por un mayor control y rigidez. Una clara muestra de ello, se tiene en la publicación en 1559 del índice de libros prohibidos del inquisidor general Fernando de Valdés, donde se incluyen obras que antes tenían libre circulación en la primera mitad del año quinientos.

En este sentido, del Teatro Religioso del siglo XVI, sólo se tiene un conocimiento parcial de lo que realmente existió afirmado por Pérez Priego en referencia general al teatro renacentista. Por lo que, del teatro religioso, la información que hay, está en  el cuerpo de las obras conservadas del teatro español del siglo XVI, de Miguel M. García-Bermejo Giner (1996). Entonces, se cree que apareció  entre el 1470 y el 1587, con el desarrollo de una práctica teatral experimental que da origen a la comedia nueva.

En la producción y recepción de este teatro, existen diferencias  entre la primera y segunda mitad del siglo. Mientras en la primera mitad se desarrolla el teatro religioso en un ámbito cortesano y depende del mecenazgo de los nobles o de la Iglesia, en la segunda mitad, van apareciendo y asentándose las compañías profesionales, el teatro se libera del mecenazgo y sus servidumbres, atendiendo más la satisfacción de un público variado. Por lo tanto, autores como Hermenegildo (1994) al estructurar la concepción teatral en ese siglo, lo hace a partir de los conceptos de público cautivo y público abierto.

Cuando se habla de público cautivo, es un público selecto, cerrado, que asiste a las representaciones  condicionadas por su inserción social, incluyendo el teatro cortesano, religioso, universitario, colegial y humanístico. En el segundo caso, es decir el público abierto, se está ante un público que está definido a priori por su condición de imprevisible, incluyendo aquí el teatro que responde a los principios del profesionalismo y el llamado teatro del horror. Es decir, que para este investigador, desde la teoría de la recepción, el teatro religioso, se hallaría en sus distintas manifestaciones dentro del destinado a un público cautivo.

Sin embargo, el teatro religioso estuvo también en manos de profesionales que representan comedias hagiográficas en corrales ante espectadores que tienen que captar o que compiten ante los cabildos municipales para conseguir las representaciones del cuerpo, controladas hasta en sus detalles por los capitulares para celebrar el Sacramento, en lucha contra la herejía, para agradar y adoctrinar al público, así como satisfacer el orgullo municipal, lo que lleva a pensar si es un teatro religioso dirigido a un público cautivo en toda la extensión del concepto.

Por lo tanto, para el autor Hermenegildo, es un público cerrado, al que el mensaje le llega condicionado, con una finalidad predeterminada,  un colectivo al que no se le permite la desviación y la divergencia ideológica. Por lo tanto, la moralización, la catequesis, la enseñanza se convierten en objetivos que no encuentran resistencia deliberada en este espectador.

Respecto a la temática, el  teatro religioso, en la primera mitad del siglo se da  hacia el cultivo de dramas religiosos relacionados con los ciclos litúrgicos de la navidad y la pasión-resurrección, de herencia medieval. Por lo tanto, las piezas se van dotando de mayor densidad textual con propósito didáctico lleno de elementos profanos con notas de comicidad, tanto para la diversión de los espectadores como para facilitar el discurso didáctico.

¿Cuáles son los tipos de Teatro Religioso?

En las piezas navideñas de este período, los tradicionales motivos del anuncio a los pastores del nacimiento de Cristo y la adoración del recién nacido se renuevan con la frecuente introducción de temas y personajes alegóricos o bíblicos y una particular atención a la figura de Nuestra Señora.

Sin embargo, el gran aporte del teatro religioso del siglo XVI, en particular de su segunda mitad, a la historia del teatro no se produce en el teatro de los ciclos litúrgicos sino a la celebración de la Eucaristía durante la festividad del corpus christi, con la configuración de un género español, el auto sacramental, que alcanza su plenitud en el siglo XV.

Por lo tanto, la teatralidad de este siglo, no se reduce a los actores profesionales o semiprofesionales. Existen también los ocasionales, amateurs o aficionados, pertenecientes en prácticas escénicas al marco social en el que éstas se desarrollan. Por lo tanto, en la práctica teatral cortesana son los propios autores de las obras, los miembros de la nobleza y sus servidores, los encargados de las representaciones. Por lo tanto, podría entonces decirse que los tipos de teatro religioso escenificados fueron:

-El Rito Religioso. Un rito (del latín ritus) es un acto religioso o ceremonial repetido invariablemente en cada comunidad cultural. Los ritos son las celebraciones de los mitos, por lo tanto, no se pueden entender separadamente de ellos. Tienen un carácter simbólico, expresión del contenido de los mitos. La celebración de los ritos (ritual) puede consistir en fiestas y ceremonias, de carácter solemne, según pautas que establece la tradición o la autoridad religiosa o de la organización correspondiente.

El Tropo.  En la época medieval, se denominó tropo a una forma musical que prolongaba y embellecía la liturgia añadiéndole texto, música o ambos. Con frecuencia, la música incorporada eran antiguos melismas de origen griego o romano. En el canto gregoriano el tropo consiste en añadir palabras en los melismas, los cuales se utilizaban como recurso nemotécnico para facilitar su memorización. Inicialmente el texto se insertaba para explicar la liturgia y posteriormente también para su embellecimiento.

La Iglesia Católica aceptó incorporar el tropo a su liturgia ya que la embellecía sin crear nuevos elementos. Con el tiempo, los nuevos textos se incorporaron en todos los elementos de la Misa, aunque son más frecuentes en el Introito y Kyrie, en especial en el Aleluya que junto con Benedicamus dominaron como ejemplos más habituales de esta forma musical.

El Misterio. En el contexto teatral europeo, es el drama religioso medieval que pone en escena pasajes de las Sagradas Escrituras y, con preferencia, de la vida, pasión y muerte de Jesucristo.

El Auto Sacramental. Es una pieza de teatro religioso, una clase de drama litúrgico, de estructura alegórica, cuya actuación se da con un tema preferentemente eucarístico, realizado el día del Corpus Christi, entre los siglos XVI y XVIII hasta la prohibición del género en 1765. Se usaba un gran aparato escenográfico y las representaciones comprendían episodios bíblicos, misterios de la religión o conflictos de carácter moral y teológico. Inicialmente eran representados en los templos o pórticos de las iglesias. El más antiguo del género es el auto o la Representación de los Reyes Magos, del año 1145.

La Procesión. Es un desfile religioso organizado por personas que realizan un recorrido, de un lugar a otro, o bien partiendo de un lugar y volviendo a él. Las procesiones existen en la mayoría de las grandes religiones: hinduismo, sintoísmo, islam, catolicismo. En el cristianismo, las procesiones son la parte más importante del culto exterior. Así, la historia de las procesiones cristianas, aunque en los primeros tiempos de persecución eran muy extrañas, y sólo en el interior de los lugares de culto, existe constancia histórica de algunas procesiones en la Edad Media.

La mascarada. Era una forma de entretenimiento cortesano festivo que floreció en Europa entre el siglo XVI y principios del XVIII, aunque con anterioridad se había desarrollado en Italia. La mascarada implica el uso de la música y la danza, del canto y de la actuación, dentro de una elaborada escenografía, en los que la arquitectura y el vestuario podían estar diseñados por un arquitecto renombrado, para representar una alegoría diferente de culto al patrón.

Los actores profesionales y los músicos se contrataban para los aspectos hablados y cantados de la mascarada. Con frecuencia, los enmascarados que no hablaban ni cantaban eran cortesanos.

Los Trovadores. Fueron músicos y poetas medievales, que componían sus obras y las actuaban, o las hacían interpretar por juglares o ministriles, en las cortes señoriales de ciertos lugares de Europa, especialmente del sur de Francia, entre los siglos XII y XIV. La poesía trovadoresca se compuso principalmente en occitano.

Los trovadores, personajes mayoritariamente de la nobleza, con sus canciones amorosas sobre todo, pero también con sus composiciones de propaganda política, sus debates y, en definitiva, con su visión de mundo,  muestran el inicio de una historia cultural y política que no se encuentra en ningún otro documento de la época. Su literatura, además, será una de las fuentes básicas de la poesía que durante siglos se cultivará en Europa occidental.

Los Juglares. Eran artistas ambulantes en la Europa Medieval. A cambio de dinero o comida, ofrecía su espectáculo callejero en las plazas públicas, y en ocasiones era contratado para participar como atracción y entretenimiento en fiestas y banquetes. También señalan los académicos la sinonimia entre juglar y pícaro y, antiguamente, con trovador y poeta.

Al sector más cultivado de la juglaresca se le debe la conservación de un rico tesoro, transmitido en forma de tradición oral, y que puede abarcar, en un sentido muy amplio, desde la poesía épica medieval hasta la poesía cortesana pre-renacentista.

El carnaval. Es una celebración que se efectúa antes de la cuaresma cristiana, (entre febrero y marzo según el año), y que combina  elementos como disfraces, desfiles, y fiestas en la calle. Por extensión se llaman así algunas fiestas similares en cualquier época del año. A pesar de las grandes diferencias que su celebración presenta en el mundo, su característica común es la de ser un período de permisividad y descontrol.

Los etnólogos encuentran en el carnaval elementos supervivientes de antiguas fiestas y culturas, como la fiesta de invierno (Saturnalia), las celebraciones dionisíacas griegas y romanas (Bacanales), las fiestas andinas prehispánicas y las culturas afroamericanas. Algunos autores consideran que para la sociedad rural, fuertemente estructurada por el cristianismo, el tiempo de «carnestolendas» daban mascaradas rituales de raíz pagana y un tiempo de permisividad que se oponía a la represión de la sexualidad y  la severa formalidad litúrgica de la Cuaresma.

¿Cuál es el legado del Teatro Religioso?

Si bien se ha empleado el término actor o representante en género masculino, se debe resaltar la presencia de la mujer sobre las tablas en la España de ese siglo,  pues son muy escasos y breves los períodos de prohibición de la actividad teatral,  si se creen los repetidos testimonios de muchos moralistas.

Por otra parte, siendo o no creyente, declararse agnóstico, mirar con escepticismo la religión, el caso es que los hechos religiosos ha sido relevantes e influyentes en el mundo occidental. Por lo tanto, aún en el siglo XXI, ante tantos avances, se reconoce ampliamente  la temática religiosa  en las sociedades, porque está relacionada con muchas realidades y disciplinas.

¿Cuáles son los principales representantes del Teatro Religioso?

En la producción navideña de la primera mitad del siglo, el portugués Gil Vicente y el extremeño Diego Sánchez de Badajoz, escribieron piezas en la tradición del teatro de pastores, unido a la celebración del nacimiento de Cristo tal como se evidencia en el teatro de Juan del Encina, Lucas Fernández, Bartolomé de Torres Naharro, Pero López Ranjel, Fernán López de Yanguas, Pedro Suárez de Robles y los mismos Gil Vicente y Diego Sánchez de Badajoz.

Lope de Rueda participó esta vez con dos obras: Navalcarmelo, cuya representación le otorgó premios en competencia con otros cuatro autores de «carros», y el hijo pródigo. Pero su actividad teatral en Sevilla no era solo de las representaciones del Corpus, pues en su testamento, deja atestiguada la representación de una farsa durante doce días en una casa particular, la del clérigo Juan de Figueroa, un activo hombre de teatro en los años centrales del siglo XVI.

Así, las actuaciones de Lope de Rueda, corrían por cuenta del municipios, la Iglesia, la nobleza (incluida la realeza) y particulares de menor ascendencia social, como muestra Diago al recoger su biografía teatral, lo convierte, según su criterio, en un ejemplo significativo de la triple dependencia entre Iglesia, municipios y nobleza, en los orígenes del teatro profesional.

La procedencia gremial de los primeros actores profesionales queda claramente de manifiesto en la actuación de sus respectivas profesiones que aparece, por ejemplo, en documentos consultados para el Corpus de Sevilla durante la segunda mitad del siglo XVI, donde también se advierte  a partir del mismo ejemplo, el empleo de una denominación específica para la identificación de estos profesionales, a medida que avanza el siglo y se va consolidando esa profesionalidad representativa.

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